Ciudad
es de las burgas designada,
por
las fuentes termales que disfruta.
El
romano, por ello, la recluta,
la
engrandece y le lleva una calzada.
La
corriente del Miño fue salvada
con
un gran puente ad hoc para esta ruta.
Dos mil años después, luce impoluta
esta
ciudad, bruñida y atildada.
Entretanto, sus mitrados señores
erigieron
la seo, entre otras cosas,
y
arreglaron el puente milenario.
Son leyenda en verano sus calores,
en
sus ríos las riberas deliciosas,
y
en su viejo barrio un edén cibario.
Hoy, a su noble puente primigenio,
le
acompaña, audaz, el del Milenio.
Castelao,
discreto, se esconde en el proscenio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario