que diole el primer Conde de Castilla,
Sepúlveda almidona su golilla
y se duerme leyendo romanceros.
Menudean figones y asadores
junto a la noble plaza de la villa.
Cerca, el Duratón ciñe la capilla
del santo sanador de los dolores.
La acompaña Pedraza, ensimismada,
confinada en su cerco de murallas,
altiva, medieval, momificada.
Conjuntos admirables de antiguallas,
de piedras con alcurnia acrisolada,
No hay comentarios:
Publicar un comentario