Abruma el perfil de su
hermosura,
o el horizonte de sus bulevares,
rebosadero de altos pleamares,
sonata de armoniosa partitura.
Extraño
árbol en flor, fruta madura,
y en sus jardines,
juegos malabares.
Une el asombro de sus despertares,
con el misterio de su noche oscura.
Vayas a Sacré Coeur o a
Trocadero,
a le Quartier Latin o a la Concordia,
visites Notre Dame o la Bastilla,
cual turista inquieto y volandero,
vislumbrarás París como rapsodia
melodiosa y vibrante maravilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario