martes, 23 de junio de 2015

LA ALPUJARRA. ENTRE LA NIEVE Y LA ESPUMA




        Parece su paisaje una maqueta
y sus pueblos hermosos decorados,
en abruptas laderas apoyados,
como albas alas de una cometa.

        Su ánima es sensual y a la vez asceta;
sus habitantes, tanto tiempo aislados,
sobrios, prudentes, francos, despejados;
su natura, austera y aun coqueta.

        La custodian y le guardan las espaldas
de Sulayr las imponentes cumbres,
frente al terso azul del Mediterráneo.

        La surcan retahílas de guirnaldas
en que, por una eterna servidumbre,
hace la nieve un viaje extemporáneo.

        Ínsula recóndita y amniótica,
seductora es su mirada y es hipnótica.



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