Ya Historia la fatal dicotomía,
el mal de identidad
disociativa
que consecuencias tuvo tan
nocivas,
recobró Berlín su añeja
primacía.
Se aplicó a su urbanismo cirugía
que abriera las antiguas
perspectivas,
extirpando la vieja
disyuntiva
y la antaño axial
melancolía.
Un ansia febril prendió en su entraña
que alumbró mil flamantes
construcciones,
de Europa ambicionando ser
el norte.
Aunque en poco tiempo logró la hazaña
de suturar sin grandes
costurones,
no alcanza a esfumar de
todo el corte.
Puso el destino al mando de esta empresa,
para el de Marx y Engels
mudo asombro,
de su sector a una
varonesa.
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