Petrificada espuma de las olas,
monte
de sal de formas caprichosas,
danza
de cadencias despaciosas,
yacimiento
de cal y caracolas.
Son la luna y el sol sus aureolas,
caricia
de sus faldas arenosas,
edénicas,
sensuales, deleitosas,
mecidas
al compás de dulces violas.
Como puede apreciarse en los cuartetos,
metáforas
concita su belleza
y
turistas sus playas placenteras.
Son sus angostas calles vericuetos,
su
porte, el de una fortaleza,
sus
zalemas, dulces y hechiceras.
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