miércoles, 29 de octubre de 2014

VILLAGORDA DE LA SIERRA. IMPRESIONES Y AFECCIONES



        Un denso cielo azul sobre la nieve.
Más abajo, verdes, ocres, purpurinas;
un arroyuelo de aguas cristalinas,
donde el alma sedienta a veces bebe.

        Nieva en invierno, en otoño llueve,
son frecuentes en marzo las neblinas
y en sus montes los robles y sabinas;
el verano, holgazán, intenso y breve.

        Igual que su paisaje, el paisanaje
es sereno, sencillo y sentencioso;
disfruta lo que tiene con sosiego

y a las penas no rinde vasallaje.
        Universo utópico y virtuoso,
sabe a pan y vino, huele a espliego.

        Enigmático el destino y caprichoso,
del matritense hace un aldeaniego.



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