lunes, 30 de junio de 2014

NUEVA YORK. EL INSOPORTABLE IMPULSO DE CRECER





        Su plano ortogonal, simple y perfecto,
modelo de diseño cartesiano
encarnado en croquis ciudadano,
es sin duda el edén del arquitecto.

        La vertical, el rumbo predilecto,
el empeño, elevar el techo urbano,
divisa del poder americano,
unido al atributo de lo erecto
(acaso por complejo freudiano).

Sus calles son profundas hondonadas:
carentes las aceras de solanas
suspiran por la luz en el invierno.

        Este colosal bosque de fachadas,
inmensas cataratas de  ventanas,
es a la vez el cielo y el infierno.

        Piérdete viajero entre el boscaje,
sólo curiosidad por equipaje.



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