martes, 16 de septiembre de 2014

LEÓN. VIEJOS BLASONES Y VENERAS PEREGRINAS


        Exhausto y extasiado, el peregrino
admira de San Marcos la fachada;
su portada barroca está vedada,
sólo al pudiente acepta de inquilino.

        Tiene algún malestar por su destino
esta ciudad tan noble e historiada,
que fuera por Castilla ninguneada,
robándole su ser capitalino.

        Su catedral, un puzzle de colores
formado en la luz de sus vidrieras,
lleva siglos combatiendo sus dolencias.

        Se huelga en remembrar sus fundadores,
los romanos, y en guiar las veneras
que otorgan plenarias indulgencias.

        Flemático, Gaudí está sentado,
concentrado, distante y pensativo,
frente a su excéntrico edificio amurallado.




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