jueves, 31 de octubre de 2013

CONFESIONES DE UN SONETÓGRAFO APASIONADO




        Amante del soneto y la ciudades,
de los catorce versos misteriosos,
de las plazas y los zocos bulliciosos,
de su bonanza y de sus tempestades.

        Cautivado por las complicidades
del idioma y sus ritmos caprichosos,
de los parques con ecos rumorosos,
del bullicio y también de soledades.

        He viajado atento a sus latidos,
al guiño abierto y a la confidencia,
al mensaje oculto en las esquinas.

        La sencillez o la magnificencia,
las persigo con todos los sentidos,
las describo con rimas peregrinas.

        Como escribiera Góngora divino,
los versos son que aquí serán colgados,
“perdidos unos, otros inspirados”.