domingo, 18 de agosto de 2019

MONT SAINT-MICHEL. A MERCED DE LAS MAREAS




        Buscando soledad y recogimiento
fue fundada en su roca una abadía,
que es isla o península en el día;
juego de las mareas su aislamiento.

        Al líquido y arenoso ceñimiento
se agregaron murallas a porfía
blindando su abismal topografía;
era un tiempo el Medievo turbulento.

        Tan altivo quedó e inexpugnable,
que en  la guerra eterna de los cien años
nunca el inglés lograra conquistarlo.

        Hoy, sin embargo, es innumerable
la horda que asciende sus peldaños
para hollarlo y, acaso, profanarlo.

Inundan pleamares de turismo
el retiro, la paz y el ascetismo.