lunes, 30 de junio de 2014

NUEVA YORK. EL INSOPORTABLE IMPULSO DE CRECER





        Su plano ortogonal, simple y perfecto,
modelo de diseño cartesiano
encarnado en croquis ciudadano,
es sin duda el edén del arquitecto.

        La vertical, el rumbo predilecto,
el empeño, elevar el techo urbano,
divisa del poder americano,
unido al atributo de lo erecto
(acaso por complejo freudiano).

Sus calles son profundas hondonadas:
carentes las aceras de solanas
suspiran por la luz en el invierno.

        Este colosal bosque de fachadas,
inmensas cataratas de  ventanas,
es a la vez el cielo y el infierno.

        Piérdete viajero entre el boscaje,
sólo curiosidad por equipaje.



domingo, 22 de junio de 2014

ZAMORA. LA ELEGANTE TEMPLANZA DE LA PIEDRAS





        El Duero se detiene en sus confines
a gozar su perfil y su sosiego,
admirar su semblante palaciego
y a escuchar los rezos de maitines.

        Tierra fue de vanguardia y paladines;
aunque sufrió batallas y trasiego,
y el asedio y la ruina por el fuego,
no albergaron sus torres muecines.

        Es la cuna y el alma de Castilla,
y del arte románico un museo;
sus iglesias son piedra recamada.

        Su Semana Santa no es la de Sevilla
(no era el tartesio quizá como el vacceo):
es mística, austera y recatada.

        Desnudo en una roca, Viriato, el lusitano,
indómito, esforzado, heroico y estratego,
se opone eternamente al yugo del romano.



jueves, 12 de junio de 2014

NUEVA YORK. APOTEOSIS DE LA EXUBERANCIA





        Le trae el buen gusto a Nueva York al fresco,
pues triunfaron allí la desmesura,
la  imitación, la copia, la mixtura,
junto a la recta línea el arabesco.

        Se distingue un remate plateresco,
labrada con capricho la moldura
en arcadas modelo de impostura,
sobre un rascacielos gigantesco.

        A nadie rinde cuentas don dinero,
de nada se avergüenza, todo obtiene,
no existe para él humilladero.

        Aunque pugne el exceso con la higiene,
la fortaleza exhibe del acero,
y nada allí lo empece o lo detiene.



domingo, 1 de junio de 2014

JAÉN. A UNA CATEDRAL PEGADA

 


        Tan majestuoso es su templo inmenso,
de tal vastedad sus proporciones,
insigne creación de creaciones,
que su bóveda está como en suspenso.

        Su preeminencia no admite disenso:
iglesias, palacetes o torreones,
nada es digno de tantos galardones,
nada es tan grandioso, tan intenso.

        A su sombra se agrupan las moradas,
se extienden las calles y avenidas,
apura el ciudadano sus afanes.

        Mira el castillo altivo sus arcadas,
lamiendo con envidia sus heridas:
a turistas alberga y no a guardianes.

        Ciudad sencilla, humilde y recoleta,
la catedral encumbra su silueta.