martes, 4 de octubre de 2016

ÁVILA. LA CIUDAD ENCLAUSTRADA



        Confinada en su cerco de murallas,
ciclópeo, colosal, impresionante,
a modo de un enorme guardainfante,
saca brillo la urbe a sus medallas.

        Ha sufrido asaltos y batallas,
trocada en el campo de Agramante,
siempre alerta, segura, desafiante,
mostrando al contrincante sus agallas.

        Ciudad es hoy tranquila y apacible
en que don Juan reposa, el infante
que fuera la esperanza de Castilla.

        La imagen de Teresa es ostensible;
un aire de virtud santificante
en sus calles se espesa y aun brilla.

        Se acumula la Historia en sus almenas
y en sus plazas las horas más amenas.