jueves, 12 de junio de 2014

NUEVA YORK. APOTEOSIS DE LA EXUBERANCIA





        Le trae el buen gusto a Nueva York al fresco,
pues triunfaron allí la desmesura,
la  imitación, la copia, la mixtura,
junto a la recta línea el arabesco.

        Se distingue un remate plateresco,
labrada con capricho la moldura
en arcadas modelo de impostura,
sobre un rascacielos gigantesco.

        A nadie rinde cuentas don dinero,
de nada se avergüenza, todo obtiene,
no existe para él humilladero.

        Aunque pugne el exceso con la higiene,
la fortaleza exhibe del acero,
y nada allí lo empece o lo detiene.



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