domingo, 28 de diciembre de 2014

CONFIDENCIAS PARA UN POETA QUE EN NUEVA YORK ESTUVO




        No sé, Federico, hasta qué punto,
ese Nueva York de perfiles duros,
el que inspiró tus versos más oscuros,
está vivo o yace ya difunto.

        Seguir siendo pudiera fiel trasunto,
de una humanidad que levanta muros,
que los corazones vuelve impuros
al mezclar con el dólar todo asunto.

        Mas luce el Rey del Harlem traje bruno,
y áureo collar exhibe de gorguera;  
han tronchado los negros las cadenas.

        Su aurora sólo espera el desayuno,
izada ya la rojialbar bandera
y despierta la colosal colmena.

        La multitud que orina son turistas,
y visitan sus palomas al psicoanalista.

 
 

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