lunes, 16 de diciembre de 2013

BRUSELAS. EL CANSANCIO DE LA VIEJA EUROPA





Un aire ajado tienen sus aceras
y una pátina oscura sus fachadas,
que parecieran también estar cansadas
de ser confín de todas las fronteras.

Dormitan en su mástil las banderas,
domesticadas, sacias, derrengadas,
recordando las viejas barricadas
y el ambiente febril de las trincheras.

          En este magma de gentes y naciones,
exhiben sus patéticas figuras
Don Quijote y su amigo Sancho Panza.

          No se defienden allí viejos blasones,
ni se sueñan hermosas chifladuras,
late en su vientre la desesperanza.

          Pierde Europa sus últimas batallas,
se desploman en Bruselas sus murallas.


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